Liderazgo en la guerra y en la vida, historia de Jocko Willink
¿Cuál es el mayor error que puede cometer un soldado durante una batalla en campo?: Disparar a sus fuerzas aliadas por error o confusión. Después de una gran batalla en Ramadi, Irak, el comandante Jocko Willink fue llamado ante el jefe de pelotón para explicar por qué su equipo atacó fuerzas aliadas durante una misión en campo. Conoce la historia de Jocko Willink aqui.
Hambre de liderazgo.
Desde temprana edad Jocko Willink se apasionó por las fuerzas armadas de los Estados Unidos y cuando tuvo edad suficiente se sometió a un entrenamiento para ingresar. Posteriormente se unió a la base naval de SEALS para completar entrenamientos tácticos y de combate.
Durante 8 años de servicio formó partes de los equipos Navy SEALS primero y segundo. Lo que lo llevó a convertirse en comandante de pelotón en misiones alrededor de Asia, Medio Oriente y Europa.
La guerra te enseña duras lecciones.
En 2006 bajo el puesto de comandante del equipo SEAL tercero, coordinó las operaciones SEAL en Irak contra los insurgentes en la batalla de Ramadí, en orden de establecer la paz y la estabilidad. Esta experiencia le dejaría una gran lección de vida, una lección tan poderosa que marcaría el rumbo de su vida…
Entrenados para lo peor.
Durante la batalla de Ramadí, los Estados Unidos combatían con valentía por el control de la capital Iraquí. Con la ayuda del equipo SEAL coordinado por Jocko Willink y aliados iraquíes, avanzaban por la ciudad entre fuego de alto calibre, sangre y bajas en ambos bandos. Esto no asustaba al equipo SEAL quienes estaban entrenados para responder ante situaciones de vida o muerte. Gracias a su destreza, se movían por la oscuridad de la ciudad.
¿Aliados o enemigos?
De pronto, un SEAL marcó el alto, localizaron un objetivo enemigo en posición de emboscada, esperando la peor de las situaciones, Jocko ordenó tomar posiciones de defensa. Tenía dos opciones. Atacar y defenderse para salir de la zona de riesgo o esperar a la confirmación del objetivo con riesgo a que dispare primero y causar bajas entre su equipo. Dos escenarios catastróficos. Jocko pidió la confirmación de su soldado, pero justo un instante antes, identificaron un movimiento que los alertó al momento. Entonces Jocko Willink ordenó abrir fuego. Ráfagas de artillería pesada encendían la oscura noche como pequeñas bengalas de luz, ambos lados estaban atacando con todo lo que tenían. Cuando de pronto, un soldado logro identificar al objetivo enemigo. Eran aliados. Un garrafal error había costado la baja de un elemento aliado iraquí y 2 más heridos de gravedad. Uno de ellos era uno de sus soldados SEAL.
“Paren todas las operaciones”.
Al regresar al cuartel, el comandante en jefe, la suprema autoridad y el jefe de investigaciones tenían un mensaje para Jocko Willink, “Paren todas las operaciones”, todos sabían lo que esto significaba. Alguien tiene que pagar, alguien va a perder su trabajo, será destituido y regresará sin honor a casa. Le pidieron a Jocko Willink preparar una explicación exacta del porqué todo salió mal. Reunió a su escuadrón en una sala de juntas y comenzó a preparar su explicación. En ella detalló cada error que se cometió y el responsable de ellos. Escribió cada fallo durante la planeación, la preparación y la ejecución de la operación y señaló al responsable de ese garrafal error. Había una gran cantidad de personas involucradas a quién culpar…
Un balde de agua fría
Por alguna razón Jocko Willink no se sentía bien señalando culpables… Algo dentro de su programación le impedía escribir nombres, culpables de la muerte de un aliado. No fue hasta 10 minutos antes de la reunión con sus superiores, que esa respuesta llegó a él como una bofetada en la cara. Un balde de agua fría de realidad cayó sobre el, se dio cuenta de que solo había un culpable por esos dos hombres heridos de gravedad y solo un culpable por la muerte de aquel soldado iraquí.
Él sabía quién era el responsable.
Él sabía exactamente quién era el culpable. Teniendo la respuesta, sabiendo perfectamente quién era el responsable, entró a la oficina del interrogatorio donde el jefe supremo y el jefe de investigaciones lo esperaban, acompañado de su equipo SEAL, incluyendo el soldado herido, sentado en la parte de atrás con la cabeza y rostro vendados por completo.
Entonces, ¿Quién tuvo la culpa?
-Jocko Willink se paró en medio de la habitación e hizo una simple pregunta: “¿Quién tuvo la culpa?”
-Uno de sus soldados SEAL se paró y dijo: “Yo, señor. No mantuve el control de los soldados iraquíes con los que estábamos, fue mi error”.
-Jocko Willink dijo, “no, no fue tu culpa”.
-Otro Navy SEAL levantó la mano y dijo “Fue mi culpa, señor. No informé de nuestra ubicación a tiempo y por ende creé esta confusión. Fue mi culpa, señor”
-Nuevamente, Jocko Willink dijo “no, no fue tu culpa”
-Otro SEAL levanto la mano y dijo, “Señor, no identifiqué a correctamente nuestros objetivos y por eso disparé a nuestro aliado iraquí, yo maté a ese hombre. Fue mi culpa, señor”.
-Jocko Willink dijo “no, tampoco fue tu culpa”.
Solo hay un responsable.
“En cualquier equipo, en cualquier organización, toda responsabilidad por el éxito y el fracaso recae en el líder”. “El líder debe ser dueño de todo en su mundo. No hay nadie más a quien culpar. El líder debe reconocer los errores y admitir los fracasos, apropiarse de ellos y desarrollar un plan para ganar”. Jocko Willink.
Después de apuntar a todos en la sala y decir que no fue culpa de ninguno de ellos, Jocko Willink miró directamente al jefe supremo y dijo “Fue mi culpa, yo soy el comandante de unidad y soy el único responsable por este incidente y todo lo que pase.”
Jocko Wilink no fue despedido, todo lo contrario. Sus superiores ahora confiaban mucho más en él, le asignaron más misiones durante su carrera militar y su equipo SEAL, tenían la confianza de que su líder jamás tiraría la responsabilidad por la borda por sus errores, aún mejor. Jocko Wilink contagió esa actitud de liderazgo a cada integrante SEAL de su equipo y todos actuaron con responsabilidad ante sus errores. Con esta actitud su equipo SEAL finalmente se convirtió en la unidad de operaciones especiales más condecorada de toda la Guerra de Irak. Al volver de servir en la guerra de Irak, Jocko Willink asumió el cargo de la formación de todos los equipos SEAL en la costa oeste, capacitando a la próxima generación de líderes SEAL. En 2010 su distinguido servicio le condecoró con una estrella de plata y una de bronce por su valor y méritos en su servicio. Después de su retiró fue co-fundador de Echelon Front, una compañía consultora de liderazgo y gestión junto con su compañero SEAL, Leif Babin. Además, ambos son co-autores de los best seller Extreme Ownership y The Dichotomy of Leadership. Como autor ha escrito numerosos libros como Way of the warrior Kid y tiene un podcast ranqueando en los primeros lugares en itunes llamado Jocko Podcast donde habla de disciplina y liderazgo. Adicionalmente, es maestro de Jiu Jitsu y es dueño de una línea de ropa táctica.
Conclusión:
Asumir la responsabilidad por los errores de un equipo, puede dañar gran parte de tu ego. Pero Jocko Willink supo desde ese momento que ser un líder de equipo es dejar a lado tu ego y predicar con el ejemplo.
Un líder es responsable de las personas que trabajan con el, también es responsable por los errores que cometan. Para mantener tu integridad y te tengan respeto como líder, es obligatorio asumir la responsabilidad de tu equipo.
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