Cómo controlar la ansiedad    Devoradores de Libros

Cómo controlar la ansiedad  
 

 

foto en el hospital, cuadro cronico de ansiedad
Febrero del 2020, el día que termine en el hospital.

Era un lunes por la tarde, estaba con mi compañera de área en una entrevista con un candidato para ingreso a la consultoría.

Recuerdo que en la plática me sentí muy perdida. Empecé a tener dolor en la frente, cosquilleos y un leve mareo. Me levante, pedí disculpas al candidato y le dije a mi compañera que siguiera con la entrevista.

Trate de relajarme, pero me sentí peor. Fui a la oficina y le dije a mi esposo que me acompañara. Él estaba en una reunión con el equipo de ventas, pero supongo que me vio tan mal que se levantó casi de inmediato.

Me pregunto que sentía, no conteste, solo me senté a su lado para tranquilizarme, pensé que ya había pasado todo, pero no fue así…

Al levantarme sentí una presión intensa en el pecho. En ese momento le pedí que me llevara al hospital.

Síntomas:

  • Presión en el pecho y frente
  • Mareo
  • Cosquilleo en la cara, brazos y cuerpo
  • Debilidad
  • Náuseas
  • Sudoración
  • Vértigo

Le dije, creo que me está dando un infarto. Mi esposo aceleró, yo solo veía su cara de preocupación y en mí abundaban un sinfín de posibilidades. Me ingresaron a urgencias, estaba muy pálida y débil. No recuerdo mucho, solo que checaron mi pulso y corazón, me dieron un tranquilizante y entre en un sueño profundo. Estuve cinco horas dormida y al despertar me dijeron:

**“Tuviste un cuadro de ansiedad crónica”**

Recuerdos y ¿correlaciones?

Soy una persona a quien le gusta la limpieza, el orden y el control. Además, compulsiva con lo que me apasiona en el momento. Nunca había correlacionado mi comportamiento con un trastorno de ansiedad.

Muchas veces he visto a mi esposo o a las personas que han vivido conmigo sorprendidos por mi grado de limpieza extrema, obsesión con lo que me apasiona, estrés y enojo por las cosas fuera de mi control. Incluso he sentido ganas de llorar cuando algo no está en total orden. Nunca vi nada malo con lo que hacía. Pero ahora comprendo muchas de mis actitudes (todavía confío en la limpieza y orden como mecanismo de afrontamiento de mi ansiedad) y el porqué siempre trato de estar absorta en varias actividades… Hace que me sienta mejor.

¿Por qué decidí escribir este artículo?

Hay mañanas como hoy en las que me puedo despertar, cumplir con mi rutina matutina, y seguir mi día con facilidad. También hay días en las que me siento aprisionada en un laberinto de pensamientos negativos.

Solo quienes hemos estado ahí sabemos cómo la cabeza se inunda de preguntas como:

-¿Estaré así siempre?

-¿Hay algo mal conmigo?

-¿Estoy exagerando y le causo estrés a las personas que me rodean?

Hoy, estoy sentada en mi oficina escribiendo, tomando mi café de la mañana y me recuerdo que debo estar agradecida por todo el apoyo y las herramientas que he puesto en práctica estos últimos meses, herramientas que me han ayudado a mejorar. Comprendo que soy una persona muy afortunada que tiene soporte y apoyo al alcance para afrontar estos temas, pero mucha gente no. Por eso decidí crear este blog post. Para ser muy honesta, empática y vulnerable, pero al mismo tiempo compartir con ustedes las cosas que me han ayudado a salir adelante.

Cuando actuar

Según mi experiencia e investigación personal, he aprendido que no hay una solución única para todos para determinar si la ansiedad se volvió inadaptada y sobre todo, cuando buscar ayuda. El hecho es que, existen distintos tipos y niveles de ansiedad y se presentan de diferentes formas. Depende mucho de tu química cerebral, tu composición genética, antecedentes, entorno y tus relaciones sociales.

La ansiedad se vuelve difícil cuando:

  • Ya no la puedes manejar.
  • Empieza a afectar diferentes ámbitos de tu vida, ya sea personal o profesional.
  • Te sientes perdido en cuanto a como abordarlo.
  • Te sumerges en un área movediza de pensamientos ansiosos y pesimistas.
  • Empiezas a presentar problemas físicos y mentales.

La ansiedad hace que te sientas obsesionado con cosas que sabes que no son motivo de preocupación o estrés, pero, aun así, no puedes evitarlo.

Tal vez estos son signos de que podrías necesitar ayuda de un psicólogo o empezar a utilizar algunas herramientas o técnicas para controlar tu ansiedad.

La clave es identificar, comprender y responder sin juzgarte.

A lo largo de este artículo te compartiré algunas prácticas que se basan en investigación que, ojalá puedan ayudarte a lidiar con la ansiedad de una forma más hábil.

Nota: Recuerda, no soy psicóloga, solo te comparto un poco de mi experiencia y de las cosas que me han ayudado.

“Tosí, será que tengo COVID, tengo COVID, me siento mal, tengo todos los síntomas no puedo respirar…”

¿Ansiedad? Pensé que solo estaba estresada.

Es muy común confundir el estrés y la ansiedad, aunque ambos están relacionados, no son lo mismo. Ambos son respuestas normales y adaptativas a los desafíos de la vida (trabajo, relaciones, mortalidad, por nombrar solo algunos) y la realidad es que se comparten muchos síntomas, como: preocupación, dolor de estómago, inquietud, tensión muscular, pensamientos acelerados, dolores de cabeza, noches de insomnio o todos los síntomas.

Por estas razones y más, a menudo usamos las palabras “ansiedad” y “estrés” indistintamente. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, existen importantes diferencias entre los dos.

Hablemos de estrés.

Según un artículo de Harvard Business Review, el estrés se define como una respuesta a un desencadenante externo y puede ser agudo o crónico. En un mundo ideal, la duración de la respuesta al estrés finaliza cuando se ha tratado el factor estresante. El estrés evolucionó como un mecanismo de supervivencia, diseñado para que nos sea más fácil luchar o huir de las amenazas la vida. Hoy en día, aunque los correos electrónicos irrazonables no justifican la misma urgencia que un tigre hambriento en la sabana, nuestros cuerpos no conocen la diferencia. Si bien el estrés puede no sentirse bien en el momento, aún puede ser útil para motivarnos, estar en alerta y tomar medidas cuando sea necesario.

El estrés toma un giro negativo cuando no se desvanece. Para muchos de nosotros, los factores estresantes casi constantes de la vida moderna, que se sienten particularmente intensos han llevado a nuestros cuerpos a responder como si estuviéramos bajo una amenaza constante, un estado emocional comúnmente conocido como “estrés crónico”.

El estrés crónico puede conducir a varios problemas de salud física y mental, como presión arterial alta, problemas digestivos, ansiedad, depresión e insomnio. Por eso es tan importante el manejo del estrés.

El primer paso para que tu cuerpo vuelva a la línea de base es hacer una pausa, alejarse un paso de la situación y reconocer que tu cuerpo y tu mente se encuentran en un estado de angustia. Desde este lugar de conciencia, puedes comenzar a responder más hábilmente a la situación y ser más compasivo contigo.

Pero… ¿Qué es la ansiedad?

Según el libro como controlar la ansiedad y los ataques de pánico, la ansiedad es: “querer escapar de ti mismo, huir de tu propia mente y cuerpo”.

La ansiedad tiene múltiples componentes, pensamientos excesivos, juicios sobre el pasado, y preocupaciones sobre el futuro, y estas pueden aparecer en respuesta a una situación de estrés.

Si bien, muchos piensan que la ansiedad es otra forma de luchar con nosotros mismos, y la atribuimos a un agujero de preocupación, pensamiento excesivo y vergüenza, es un poco más complicado.

Al igual que el estrés, la ansiedad puede ser útil en los escenarios adecuados. Es el subproducto de lo que el psicólogo Stephen Porges llama nuestro imperativo biológico hacia la seguridad. El malestar que nos produce fue diseñado para alertarnos de algo, precisamente para que escuchemos y nos protejamos.

Luana Marques, profesora asociada de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y presidenta de la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión, dijo: “Aunque la ansiedad es incómoda, puede indicar que algo no está funcionando. Imagina si no tuvieras receptores del dolor y tocaras una superficie caliente, te quemarías. La ansiedad tiene el mismo factor protector que te dice “tengo que hacer algo diferente”.

Si escuchamos nuestra ansiedad, en lugar de tratar de callarla, nos damos una oportunidad para romper el círculo vicioso. “¿Qué está pasando aquí? ¿Hay alguna razón por la que me siento así y qué puedo hacer al respecto?”

En medio de la ansiedad (e incluso el estrés), el lóbulo frontal de nuestro cerebro, que generalmente es responsable del control cognitivo, se desconecta, lo que significa que somos menos capaces de pensar críticamente, planificar, organizar, pensar en el futuro, y controlar nuestros propios impulsos. En cambio, la parte más primaria de nuestro cerebro (la amígdala) se hace cargo. Los expertos llaman a esto [“secuestro de la amígdala]

¿Cuál es la diferencia entre estrés, ansiedad y trastorno de ansiedad?

Cuando el estrés y la ansiedad no se controlan pueden escalar a condiciones de salud mental más graves. El trastorno de ansiedad, que incluye el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

El criterio básico para determinar si el estrés o la ansiedad se han vuelto problemáticos es si han comenzado a afectar de forma adversa dominios clave de tu vida, como el trabajo o situaciones sociales. “Quizás tengas problemas para dormir, problemas para concentrarte o tengas más síntomas como irritabilidad o tristeza. Como regla general, esas cosas tienen que suceder durante el tiempo suficiente de forma consistente para calificar como un trastorno de ansiedad”: dijo el Dr. Marqués.

Si bien comprender de dónde provienen el estrés y la ansiedad, y la diferencia entre ellos, no hará que tus sentimientos desaparezcan, es el primer y más importante paso para liberarte de la incomodidad, ya sea por tu cuenta o con un terapeuta. Porque, con tantas cosas que hacemos, sentimos y pensamos, el estrés y la ansiedad pueden convertirse fácilmente en hábitos, caminos muy trillados que la mayoría de nosotros recorremos en piloto automático.

Síntomas de un ataque de ansiedad

Quizás este tipo de pensamientos te lleguen a tu mente cuando se aproxima un ataque de ansiedad.

¿Estoy respirando? ¡Porque no puedo respirar bien!

¿Mi corazón está latiendo muy fuerte? ¡Si, si está latiendo muy fuerte!!

¿Y si me desmayo? Estoy muy mareada…

¿Sentiré esto por el resto de mi vida?

¿Por qué veo todo muy lejano?

Es raro que se te ocurran respuestas positivas para estas preguntas…

La ansiedad es energía nerviosa que fluye en tu cuerpo, pero no de forma normal sino con mucha intensidad, como si te inyectaran adrenalina. Eso hace que el cerebro se active y comience a enviar señales equivocadas engañando al cerebro, diciéndole que se debe configurar en estado de alerta. Esto hace que el cuerpo responda de forma alocada.

Después de mi primer episodio de ansiedad, empece a tener ataques más frecuentes en mi día y vida. No entendía el porqué, porque me sucedía tan de repente, me sentía perdida, miraba todo tan alejado, sentía miedo y agitación extrema al punto de ponerme a llorar por miedo. El doctor me explico que la ansiedad que tenía antes estaba contenida, pero una vez que estallo, se iba a presentar de forma más recurrente, (si no la trataba) como si se activara.

Estos son algunos de los síntomas que empece a presentar:

Síntomas físicos

  • Ataques de pánico
  1. Palpitaciones y taquicardia
  2. Entumecimiento y hormigueo
  3. sudoración
  4. temblores
  5. Respiración ansiosa, ahogos y opresión
  6. Mareos y vértigos
  7. náuseas
  8. Tensión muscular,
  9. Dolor de cabeza (exagerado)
  10. Visión borrosa

Síntomas mentales

  • Preocupación anticipada.
  • Amenazas.
  • Pensamientos hipocondríacos
  • Miedo a perder el control
  • Pensamientos catastróficos
  • Depresión
  • Sensación de irrealidad
  • Insomnio

8 consejos: Como controlar la ansiedad

La ansiedad siempre ha existido, aunque hoy en día es más común hablar de ello, las personas somos más abiertas a decir lo que sentimos y por ende hay mucha más información.

Las técnicas o consejos que te escribiré a continuación son una recopilación de una seria de investigaciones personales y consejos de mi psicólogo.

Introducir algunos de estos hábitos simples en tu día te ayudará a manejar tu ansiedad:

Acepta y conoce tu ansiedad:

Después de salir del hospital no podía creer lo que me había pasado. Me sentí muy mal por lo que le hice pasar a mi esposo y familia, sobre todo, no podía creer que todos los síntomas que sentí yo misma los cree…

Lo primero que sentí fue miedo. No quería volver a pasar por ese sentimiento. Pero… no sabía mucho sobre la ansiedad, ¿por qué se presentaba?, y sobre todo quería saber cómo pararlo. Así que decidí investigar sobre el tema.

Encontré un dato muy interesante que decía que el 14.3 de los mexicanos sufren de ansiedad. Incluso me empece a topar con varios tweets sobre personas que estaban pasando por algo similar, me di cuenta de que era algo muy común.

Aun así, yo quería soluciones rápidas, quería encontrar la forma de terminar con este “problema”.

La cuestión aquí, es que la ansiedad no tiene una solución rápida. Y si la tratamos así iniciamos un círculo vicioso del que intentamos huir sin llegar a ninguna parte.

Cuando vemos nuestras propias emociones como una “amenaza” de la que tenemos que huir, nos convertimos en el enemigo. El estrés por evitar sentir ansiedad, genera más ansiedad.

Entonces, en lugar de trabajar en contra de nosotros mismos y tratar de resistir o huir de los sentimientos negativos, ¿qué pasaría si simplemente le dijéramos hola?

Lee libros y artículos sobre ansiedad:

Después de aceptar que estás mal y necesitas ayuda, tienes que empezar a comprender, entender y sobre todo conocer que es la ansiedad, porque se genera y como controlarla.

Empece a buscar artículos e historias de personas con ansiedad.

Y libros como:

  • El fin de ansiedad de Gio Zararri
  • Adiós, ansiedad de David D. Burns
  • Cómo sanar tu ansiedad cuando nadie más puede hacerlo de Amy B. Scher
  • Y mi favorito, se ha vuelto una biblia para mí, siempre que siento que estoy empezando con algunos síntomas leo este pequeño pero excelente libro: Como controlar la ansiedad y los ataques de pánico de Ronna Browning.

Escribe un diario de emociones

Para mí, escribir dos o tres páginas en mi diario todas las mañanas (en una libreta o notas en mi computadora) o antes de dormir no es negociable. Escribir te ayuda a desentrañar lo que sucede en tu interior. Y no solo es cierto para mí: el diario se usa a menudo como una herramienta terapéutica para la ansiedad y otras afecciones de salud mental.

Escribir te ayuda a:

  • Priorizar problemas, miedos e inquietudes.
  • Tener seguimientos de tus síntomas día a día para que puedas reconocer desencadenantes y aprendas formas de controlarlos mejor.
  • Te da la oportunidad para el diálogo interno positivo e identificar pensamientos y comportamientos negativos.

Plasma tus sentimientos (sin pensar) solo déjate llevar y escribe lo que sientes en ese momento.

Practica la atención plena

Investigaciones muestran que las técnicas de atención plena, como el trabajo de respiración, pueden reducir la ansiedad y mejorar la cognición.

  • Nos ayudan a acceder a la región de nuestro cerebro responsable de la conciencia, la concentración y la toma de decisiones (la corteza prefrontal).
  • Nos ponen en un estado más tranquilo y concentrado.
  • Podemos pensar con más claridad y tomar decisiones mejores y reflexivas

Meditación:

Estoy segura de que muchos hemos dicho: “la meditación no es para mí”

Leí hace poco una forma fácil de explicar lo que es meditar:

“La conciencia a menudo se compara con una corriente que se desplaza y cambia suavemente a medida que pasa sobre el terreno. La meditación es un medio deliberado de cambiar el curso de esta corriente y, a su vez, alterar la forma en que percibes y respondes al mundo que te rodea”

La razón es que investigaciones han demostrado que la meditación puede tener efectos positivos como:

  • Mejor manejo de los síntomas relacionados con los trastornos de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, problemas de dolor y presión arterial alta.
  • Disminución del estado de excitación física, disminución de la frecuencia respiratoria, disminución de la frecuencia cardíaca, cambios en los patrones de ondas cerebrales.
  • Mejores habilidades para el manejo del estrés
  • Cambios en diferentes aspectos de la atención y el mindfulness. Si claro, las primeras veces van a ser difíciles, el tener que enfrentar tus pensamientos no es fácil, pero inténtalo y practícalo, con el tiempo verás como sus grandes beneficios se presentan en ti, pero tampoco esperes que la meditación resuelva todos tus problemas.  Trata a la meditación como parte de tu rutina de cuidado personal, este va a desempeñar un papel importante y sobre todo, te va a ayudar a sentirte mejor y menos estresado.Te recomiendo descargar la app Breethe esta app me ha acompañado por casi dos años, tiene meditaciones guiadas, música relajante, historias y más.
Pequeño ejercicio que me ha ayudado:

Antes de cerrar los ojos observa lo que hay a tú al rededor, no trates de detener tus pensamientos, solo observa y escucha. Bien, ahora cierra los ojos y toma un momento para hacer una pausa y probar este ciclo de respiración: inhala durante 4 segundos, mantén durante 4 segundos, exhala durante 4 segundos, sostén durante 4 segundos (repite las veces que sean necesarias) Luego puedes empezar a ser consciente de lo que ocurre en tu cuerpo, y centrar tu mente en tus pies, abdomen, brazos, cabeza, etc … ¿Qué sientes?, ¿estás relajado o tenso?

Esta técnica se conoce como “respiración de caja” y es una forma rápida y eficaz de calmar el sistema nervioso al “engañar” a la mente para que crea que el cuerpo está relajado. El objetivo es crear suavemente una distancia entre tú, tus pensamientos y emociones.

También te puede ayudar a identificar en qué parte de tu cuerpo residen los sentimientos incómodos. ¿Es una opresión en el pecho o un dolor en el estómago? Simplemente fíjate.

Practica arte terapia

A grandes rasgos el arte terapia es una herramienta para tratar patologías asociadas a la salud mental, emocional y al bienestar individual. Según el portal Psicología y Mente, se trata “de una nueva disciplina que pretende promover ciertos hábitos saludables, tanto psicológica como socialmente, a través de la expresión artística”.

Colorear y pintar es una terapia efectiva que puede ayudar a mejorar el autoconocimiento, la autoestima, el control emocional, reducir el estrés y la ansiedad, mejorar el estado de conciencia, la atención o la creatividad.

El pintar, dibujar y tocar el piano han sido mi salvación. Cada vez que siento que estoy en un estado ansioso, practico alguna de estas tres actividades. Me concentro tanto en hacerlo bien, en detallar cada una de estas artes que me relajo, el tiempo pasa volando y mi mente se olvida de todo lo demás.

Escucha música

Los diferentes estilos de música tienen un efecto significativo en el estado de ánimo de una persona y te pueden ayudar a experimentar y procesar una amplia gama de emociones, felicidad, tristeza, calma… La forma en que la música afecta al cerebro es muy compleja. Todos los aspectos de la música, incluidos el tono, el tempo y la melodía, son procesados por diferentes áreas del cerebro. Por ejemplo, el cerebelo procesa el ritmo, los lóbulos frontales decodifican las señales emocionales creadas por la música y una pequeña porción del lóbulo temporal derecho ayuda a comprender el tono.

En los Estados Unidos, la musicoterapia ha sido un tratamiento reconocido desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las enfermeras y médicos vieron de primera mano cómo los pacientes respondían a la música como una forma de hacer frente al trauma físico y emocional causado por su tiempo en la guerra. Cuando se presenció el poder de la música como proceso de curación, hubo un impulso para instituir un programa educativo para que las personas practiquen música profesionalmente en un entorno médico; este fue el nacimiento de la musicoterapia.

Si quieres saber más sobre que es musicoterapia lee aqui

Hay evidencia que sugiere que quienes se someten a musicoterapia experimentan una reducción de la ansiedad inmediatamente después de la sesión, lo que indica que podría ser una forma conveniente de reducir los síntomas rápidamente. También afecta la cantidad de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol que el cuerpo libera, y la reducción de estas hormonas puede ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad.

Encuentra que tipo de música te puede ayudar, yo por ejemplo tengo dos tipos de playlist que me ayudan en mis crisis:

Clásica: Esta la escucho casi todo el día, en el trabajo, antes de irme a dormir, cuando escribo, cuando dibujo, incluso cuando toco el piano elijo este tipo de melodías. Permite que me sienta en paz, me relaja y ayuda a pensar.
House: simplemente me pone feliz 🙂

Prueba la aromaterapia

Aceites, inciensos o vela… es sorprendente lo que la aromaterapia hace a tu mente. La aromaterapia ayuda a activar ciertos receptores en tu cerebro, lo que potencialmente alivia la ansiedad.

Una teoría de cómo funciona la aromaterapia es que los aceites esenciales pueden estimular los receptores del olfato en la nariz, que luego envía mensajes a tu sistema nervioso. Algunos también creen que los aceites esenciales pueden tener un efecto sutil en los sistemas químicos y energéticos del cuerpo.

Debido a esto, la aromaterapia se usa a menudo como un remedio natural para ayudar a aliviar la ansiedad y el estrés.

Sal a caminar

En algunos de mis ataques, solo le digo a mi esposo -por favor acompáñame a caminar- él ya sabe lo que significa, así que salimos y caminamos en silencio, a veces hago respiraciones mientras camino, depende mucho de la intensidad de lo que siento. Hacer esto es curativo, y me ayuda a calmarme.

Incluso empezar mi día caminando con mis perros  (sin audífonos, solo caminar y escuchar el ruido de la naturaleza) hace que mi día empiece de la mejor forma.

Estudios señalan que cuando la gente camina el cuerpo se relaja y “envía señales de calma a la mente que ayudan a reducir la tensión. Este tipo de ejercicio eleva el nivel de hormonas como las endorfinas que reducen el cortisol y la adrenalina, precursores del estrés.

Haz ejercicio

El ejercicio reduce los niveles de hormonas de estrés del cuerpo, como la adrenalina y el cortisol. También estimula la producción de endorfinas, sustancias químicas en el cerebro que son analgésicos naturales del cuerpo y mejoran el estado de ánimo.

Cuando tienes ansiedad, el ejercicio a menudo parece ser lo último que se desea hacer. Pero una vez que empiezas se marca una gran diferencia.

El ejercicio regular te puede ayudar a aliviar la ansiedad al:

  • Liberar endorfinas que te hacen sentir bien.
  • Ganar confianza. Alcanzar las metas o desafíos del ejercicio, incluso los más pequeños, aumenta tu confianza, ponerse en forma también hace que te sientas mejor con tu apariencia y salud.
  • Obtener más interacción social. El ejercicio y la actividad física te da la oportunidad de conocer o socializar con otras personas. El simple hecho de intercambiar una sonrisa amistosa o un saludo mientras caminas por tu vecindario mejorar tu estado de ánimo.
  • Sobrellevar de forma saludable. Hacer algo positivo como hacer ejercicio para controlar la depresión o la ansiedad es una estrategia de afrontamiento saludable.

Acude con un especialista

Si tu ansiedad es incontrolable acude con un profesional de tu confianza. Esta es la mejor recomendación que te puedo dar. Yo tarde mucho en aceptar que necesitaba ayuda, y cuando lo hice y aplique todo lo que mi psicólogo de confianza me aconsejo, mi vida comenzó a mejorar. No solucionar, porque es algo con lo que tienes que lidiar, pero si hizo que me sintiera mucho mejor, aunque a veces tengo ciertos episodios, no son nada comparados a los que tenía antes.

Recuerda no estás solo, no tienes por qué lidiar con esto solo, busca ayuda. No te arrepentirás:)

Conclusión:

Todos sentimos ansiedad. Pero se vuelve problemático cuando es inmanejable, lo que significa diferentes cosas para diferentes personas.

  • La clave para manejar la ansiedad es aprender a identificarla, comprenderla y responder a ella con autocompasión.
  • Las técnicas de atención plena como el trabajo de respiración, la meditación y el yoga pueden reducir la ansiedad.
  • Las rutinas ayudan a reducir los sentimientos generales de ansiedad y, a menudo, son antídotos eficaces para las personas con trastornos de salud mental más graves.
  • Si tu ansiedad te frena, aliéntate a ti mismo como lo harías con un amigo,
  • Leer libros de motivación se ha correlacionado como gran ayuda para reducir la ansiedad y el logro de metas.

Las opiniones expresadas aquí son solo para fines informativos generales. Si tienes inquietudes acerca de un trastorno de ansiedad, te recomiendo que consultes con un profesional médico.

puedes leer Controla el estrés en el trabajo HBR Resumen

COMPARTÍR

Respuestas

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

OTROS ARTÍCULOS SIMILARES

a psicología de las ventas de Brian Tracy es un libro de ventas donde el autor comparte ideas, métodos, estrategias y técnicas.